3 de agosto de 2012

El problema es que yo soy el problema.

Hace tiempo decidí que cambiaría. Cambiaría mi forma de aceptar las cosas; cambiaría mi manera de actuar. Aprendería a tragarme mi orgullo de vez en cuando, a tragarme las palabras que hacen daño. Aprendería a decir sin miedo un simple "te quiero"....

Pero me he dado cuenta de que el único problema que existe soy yo. No sé si te quiero, si te odio, si te tengo cariño, o sólo es atracción. No sé lo que siento, al igual que no sé lo que sientes. Y eso, es justamente lo que me hace pensar cada noche, cada mañana, cada tarde que paso tumbada en mi cama.
He tropezado pocas veces, para que mentir, pero el golpe puede ser más o menos fuerte. Desde luego el mío fue como si estuvieras en un coche, conduciendo a más de doscientos kilómetros por hora hacia un lugar sin salida, bueno, solo hay una salida: la caída libre. La caída libre, implica que si yo quiero puedo evitarlo, pero si me dejo llevar por la emoción del momento y la adrenalina que eso genera, caeré al vacío con la consecuente "hostia" que te pegas...

Y sí, yo fui la que se dejo arrastrar por ver que se sentía. Y aquí he acabado, parada frente a un ordenador, pensando, en ti y en ti. No en una persona, si no en dos.

¿Que difícil es todo verdad? ¿Se puede querer a dos personas al mismo tiempo? 

Claro que se puede. Es tan sencillo como que una te aporte "ese" detalle, que la otra persona no lo hace. Y ¿qué es mejor? Seguir adelante, intentar aclararte, olvidarse de alguno o de ambos, pasar página y empezar de cero... ¿qué es mejor? ¿Alguien sabría responderme?

Poneros en mi situación, en la que tienes a esa persona que totalmente compatible contigo, que la ves y no puedes evitar de sonreír, que te tirarías horas y horas a su lado simplemente abrazándole... Y por el lado contrario, tienes a tu "debilidad" el cual te aporta un cariño que nadie antes de había aportado, que te dice TE QUIERO susurrándote al oído hasta quedarse sin aire; que le ves un cabra-loca, que ves que con esa persona no serías incapaz de llegar ni a la vuelta de la esquina, pero que en el fondo te tiene enganchada como una droga. ¿Qué es lo mejor? ¿Guiarse por el corazón? No puedo guiarme por él, estoy totalmente dividida. Por épocas pienso que lo tengo claro todo, pero de repente el cabra-loca aparece y te cambia todos tus esquemas. ¡Quiero desengancharme de ti!


Soy una drogadicta de ti, de tus besos, de tus caricias... Y no aguanto más esta situación. Quiero que cambie, que la balanza se posicione hacia un lado o el otro. Sea bueno o malo, pero que se posicione... 
Pero que decir, a ambos en el fondo... les quiero.


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