24 de mayo de 2013

Preparado para empezar en tres, dos, uno...

    Supongo que me encuentro en un momento de mi vida un tanto difícil de explicar y de entender. Pocas palabras, y días de silencio, donde las dudas se apoderan de mi. Las cosas, a pesar de todo, parecen salir bien, ir tomando su rumbo, poco a poco, construir un camino donde dejamos las piedras para que aparezcan las rosas. Donde dejamos de lado a las espinas y damos la bienvenida a la seda.
    Hace unas entradas, hablaba de las tormentas, son bonitas verlas como un espectador, pero cuando eres el protagonista de la historia es mejor no vivirlo. Son fuertes, dañan, egoístas por su paso, arrasando con todo aquello que se les ponga por delante con tal de llegar a su objetivo. Descargar toda esa lluvia, esa rabia, rencor, empaparnos hasta dejarnos calados. 
Entonces estoy yo, una persona débil pero fuerte, luchadora, sin tirar la toalla a la mínima de cambio, aprendiz de hacer el bien, y intentando la felicidad de la gente de mi alrededor. Con carácter, sabiendo lo que quiere en su día a día, sabiendo diferenciar entre que está bien y que está mal, y sin hacer nunca daño (a posta) a las personas que quiero. Imagino, que existen pocas personas como yo, pero tengo el placer de conocer a un par, porque somos pocos,  y caben en una mano.
 
    Soy consciente de que escribo en un lugar público, pero no soy ninguna delincuente para censurarme a mi misma lo que siento o pienso. Llevo callada mucho tiempo, respetando, pero a mi no me han respetado. Malmetiendo. Soy una niña, para mis padres; una adolescente, para demás gente; y una aprendiz de mujer para una sola persona. La perfección no existe. Y menos aún yo no lo soy. Con el tiempo, poco a poco las personas van perfilando su personalidad y su manera de actuar, pero si en algo creo es que las personas no cambian, y mucho menos de la noche al día. Ahora, existen actores y actrices que se meten en tu vida, como un personaje con el fin de aniquilarte. Son personajes, egoístas, donde buscan el protagonismo y llamar la atención del público y de los demás protagonistas, donde llegan a una conclusión, meditan, y llegan a actuar; pero cuando ven que las cosas no funcionan como ellos creen, cambian totalmente de mentalidad. 
Una cosa os digo como protagonista y espectadora, estos personajes, así lo único que van a conseguir cuando demás se den cuenta de su juego, es acabar sin ser queridos, porque nadie quiere actores en su vida.


   Si la vida es un juego, yo me juego el resto. He aprendido a luchar, a salir a delante. Detrás de una pérdida, no se acaba el mundo. Nadie depende de nadie para sobrevivir, ni mucho menos. Yo he jugado mi partida, la cual sigue, y espero que con un futuro prometedor donde la felicidad, la risa, y esa línea curva en tu cara, puedan formar parte de mi día a día. No busco la felicidad propia, busco la felicidad de mi 'premio'. Puedo llevar bastante tiempo en standby, pero a pesar de que hallan caído sobre mi toneladas de tierra, he sabido salir. Ahora respiro tranquila, con incertidumbre de que pasará, pero no me pienso echar atrás y dejar que esos personajes actores, ganen la batalla.





Yo me juego el resto, a tu lado. ¿Te atreves?
Preparado para empezar en tres, dos, uno...


16 de mayo de 2013

Disfruta del día a día, sin preocupaciones.

Supongo que muchas veces, sin darnos cuenta, hacemos de lo sencillo lo difícil. Porque nos gustan los retos, o simplemente porque hemos nacido y nos gusta complicarnos la vida, pero si algo se, es que si esto es asi, cuando estes en ese punto de tu vida donde quieres decir ¡basta! Para y piensa, si todo es tan complejo como imaginas, o si tiene una solución en la palma de tu mano.

Buenas noches.