11 de marzo de 2012

Llegaste cuando estaba a punto de irme.

Un día cualquiera, son las doce la noche, y decides que por fin es hora de pasar página, que algo mejor te esperará en el futuro, o al menos eso quieres creer. Decides que ya es hora de coger un tren y salir huyendo de una verdad o mentira, no lo sabré, pero que sientes ganas de salir huyendo. Tal vez para no hacerte daño, por miedo, quien sabe, pero solo tú sabes lo que sientes... 
Y de repente, quizás porque no quieres irte sin intentarlo una vez más, das un paso atrás. Una llamada, una voz que hace que remueva los siete mares nada más escucharla. Pero que al fin y al cabo, no valió de nada... Decides ya hacer la maleta, poner rumbo a la estación de tren, y coger el primer tren que pase. Quedan cinco minutos para partir, cuando de repente ocurre. Empiezas a escuchar esa canción de la nada, esa que puedes llegar a odiar, ya que la escuchas cada vez que alguien quiere saber de ti. Coges la llamada, era él. Por un momento no sabes si estás haciendo bien o mal. Pero das el paso, decides un "quiero verte", ya el futuro decidirá que es lo que nos conviene. 
- ¿Saldrá bien?¿saldrá mal? No lo sé, pero debo intentarlo.
Empiezas a notar como tiemblan tus piernas, son los nervios de volver a verle. Es una situación extraña, nunca habías sentido eso, o quizás no lo sentías desde hace mucho tiempo. Haces un giro de ciento ochenta grados cuando de repente tu mirada y la suya se cruzan. No sabes como empezar, no sabes que decir... Sentir como están apunto de caer lágrimas de tus ojos, pero no quieres que te vea llorar...
Empieza la conversación, tienes la sensación de todo va a salir mal. Entonces no habrá merecido la pena. No entender nada, reprocharse cosas... 
- ¿Por qué? ¿Le importo?
"Nunca antes había hecho esto. Podría estar perfectamente en mi casa durmiendo, y estoy aquí, contigo." Esas fueron sus palabras.
Poco a poco te vas acercando a él, y tras ir entiendo poco a poco todo, sentir que eres una idiota, que perdió el tiempo en su momento, peor que no puede dejar escapar otra vez. Rabia e impotencia, sientes cuando sigues sin saber si saldrá bien o mal. Y, de repente, ocurre... Volver a empezar otra vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario